Article originally appeared on LaOpinion on September 19, 2014.
Por Marvelia Alpizar
Después de 32 años de trabajo en el área de transporte, José Mesa sabía que aún podía ser útil a la sociedad.
“Trabajé muchos años y ahora es tiempo que haga algo por la comunidad. Tengo la energía y el interés para seguir haciendo algo”, dijo Mesa, quien acaba de cumplir 64 años.
Hace cuatro años Mesa decidió ofrecerse como voluntario en CASA Los Ángeles, una organización sin fines de lucro que ayuda a los niños que han entrado en el sistema de cuidado temporal.
El trabajo de Mesa es visitar las casas y donde viven los niños y asegurarse que reciban la atención que necesitan ya sea médica, educativa e incluso emocional.
También ha servido de intérprete entre el trabajador social que maneja el caso de un niño y los padres temporales o adoptivos de éste.
Aunque Mesa no es trabajador social, escogió ese trabajo no remunerado porque quería ser una voz para los mas pequeños, a quienes considera los más vulnerable de la sociedad.
“Cuando me retiré quise dedicarme a ayudar a los niños que, en muchos casos, no tienen voz”, dijo Mesa. “Quería ayudarlos para ver si podía hacer una diferencia en sus vidas.”